La activista saharaui ganó una batalla contra las autoridades marroquíes (en el periódico argelino, Akhbar al Youm)
P: Por favor describa la situación que le rodea
R: Las tropas marroquíes todavía controlan las calles y otros caminos que conducen a mi casa y han instalado un rígido cordón de seguridad alrededor de mis vecinos para dificultarles que vengan a verme. Los fuerzan a mostrar sus carnets de identidad para demostrar que viven cerca mi casa.
P: En cuanto a los medios de comunicación, ¿pudieron acercarse a usted?
R: No han permitido a los periodistas acercarse a mí excepto los que estaban presentes el día de mi llegada, pero cuando se conocieron las declaraciones sobre mi negación de las acusaciones que decían que oficialmente yo había pedido perdón al rey y que reconocía mi nacionalidad marroquí, las autoridades marroquíes ordenaron a las fuerzas de seguridad que apretaran la cuerda. Los periodistas no podía ponerse en contacto conmigo excepto por llamadas telefónicas.
P: ¿Cuál es el eslabón entre su vuelta a El Aaiun y la apología al Rey marroquí?
R: He negado estas acusaciones; no acepté ninguna condición ni hice ninguna apología a ningún partido en absoluto.
P: ¿Pensó usted en la muerte mientras se encontraba en huelga de hambre?
R: Estamos condenados a morir un día o el otro, pero uno no puede vivir sin la dignidad. He dado a mi juventud y vida a mi gente y esta es una parte de mi lucha.
P: ¿Es verdadero que el presidente francés Nicholas Sarkozy está detrás de su regreso?
R: No puedo afirmar que la intervención de Sarkozy pesara en la balanza, pero lo cierto es que la presión americana y europea sobre Marruecos e incluso Francia ha forzado el lado marroquí a ceder y aceptar mi vuelta.
(Difundido por UPES; traducción no oficial de Poemario por un Sahara Libre)
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