Ljadra Mint Mabruk: La poesía de la Revolución
Por Jose el Bidani
Cuando entré en su jaima, Ljadra estaba pensativa, quizás recordando épocas pasadas, o a lo mejor agradeciendo al Creador por el día que se escapaba por el ocaso. Siempre que nos encontramos, su sonrisa me acerca a la inocencia verdadera. Después del honrado saludo saharaui, comenzamos a hablar de sus poesías. A pesar de su avanzada edad, Ljadra Mint Mabruk intenta no olvidar las gestas de la revolución saharaui que tanto declamó a lo largo de tres décadas a su pueblo.
Su hija Maasuda, cuando le pregunté si podría grabar de la propia voz de la poetisa del Sahara una poesía, me decía que no había que forzarla, porque a su edad, le cuesta arrancarse. Pero seguramente, con un ambiente adecuado (algo del Haul, un vaso de té...) sería capaz de recordarla completa. Sus qasidas relatan las grandes batallas del ELPS (Ejército de Liberación del Pueblo Saharaui), pero también combate al propio enemigo con sus gaf como si de un banduguia se trataran. A mí siempre me ha gustado apodarle "La poetisa del fusil", no solo por esa metáfora que siempre me rondó en la cabeza desde que conocí su obra, sino también por aquella época de su juventud, en un Sahra español, cuando era la atracción de todas las bodas, haciendo el baile del fusil y venciendo a todos los hombres en las competiciones poéticas (chaddi).
Pues nuestro encuentro no tuvo el acompañamiento del Haul, o de un vaso de té, pero tuvo la intensidad de un momento supremo de arte surgido de un encuentro íntimo en la jaima de una anciana. Volcada con su arte, y con su pueblo.
Mientras recitaba, su cuerpo y sus gestos se movían en la cadencia de la rima, su mirada bailaba como las balas del POLISARIO en la guerra rematando al humilde oyente a cada golpe de gaf. Todos los presentes se emocionaban con las sentidas palabras de Ljadra, y la emoción se transmitía a toda la atmósfera de la remendada jaima. Los niños de la familia no querían perderse tan importante evento. Fueron evacuados no por las balas de los gaf de Mama, que es así como llaman las cinco jaimas de la familia a Ljadra, sino por las ráfagas más contundentes de los adultos presentes. Se necesitaba silencio. Después de las protestas inocentes de los infantes, Ljadra siguió enciendiendo el entusiasmo (a veces adormilado hoy en día en los campamentos) de los oyentes. Cuando terminó la recitación, habíamos grabado tres poesías completas. Maasuda no salía de su asombro.
A pesar de la importancia de la figura de Ljadra Mint Mabruk en la poesía saharaui, su obra es poco conocida fuera del ámbito del hassanía. La UNMS (Unión Nacional de Mujeres Saharauis) está ultimando la edición de una selección de sus mejores qasidas junto con unos retazos biográficos de la poetisa del fusil. Y digo retazos porque su propia historia es tan valiosa como su obra, y por lo tanto difícil de recopilar, porque, en un caso como éste, hasta la más sencilla de sus anécdotas, es un valioso tesoro de la historia del pueblo saharaui. El libro se publicará únicamente en árabe, volviendo a quedarse el castellano sin disfrutar de la oportunidad de degustar de unos retazos de su obra (porque también es muy complicada una traducción fiel al castellano de sus poesías). Pero sin duda, un merecido homenaje a la obra del más ilustre fragmento de la historia del pueblo saharaui de los últimos ochenta años.
Aquí también nos unimos a dicho homenaje, y os brindamos con las tres grabaciones de Ljadra Mint Mabruk recitando sus qasidas.
2 comentarios:
Qué belleza de texto. Felicidades por el estupendo trabajo y darnos a conocer a una gran mujer saharuai como Ljadra. Bahia y Conchi, Poemario por un Sahara Libre
Gracias, Aziza, por recuperar para todos la poesía de Ljadra. Sigue así en esa labor maravillosa.
Publicar un comentario